La cubierta del diario Astra recrea la encuadernación de la obra Missale Sacri Ordinis Praedicatorum, editada en 1789 por Octavio Puccinelli. En el libro original se utilizó el cosido a la greca, que consiste en encajar los cordeles en surcos practicados en el lomo para conseguir una superficie lisa y poder aplicar una decoración más elaborada.La tradición que tenemos en Paperblanks de reproducir cubiertas de libros antiguos evidencia nuestro aprecio por las técnicas de encuadernación decorativa.
Con nuestra colección Nova Stella esperamos trasladarle a la segunda mitad del siglo XVIII y a la característica manera con la que se embellecían entonces las cubiertas de los libros. El libro cuya cubierta reproducimos aquí es una edición de 1768 del Missale Sacri Ordinis Praedicatorum, un volumen que contenía instrucciones y textos para uso de los curas en misa a lo largo del año. Lo publicó en Roma Octavio Puccinelli, algunos de cuyos libros pueden encontrarse todavía en grandes bibliotecas de todo el mundo. Hay determinados elementos de este diseño que aportan luz sobre su origen. Una de las principales diferencias entre las encuadernaciones del siglo XVII y las del XVIII es la manera de llenar el espacio mediante adornos: en lugar de abarrotar de motivos ornamentales hasta el último rincón, los encuadernadores centraban más sus esfuerzos en diseñar marcos de gran exquisitez.
La parte central solía quedar sin ornamentar o, como en este caso, presentar un motivo central que completaba la composición. Si nos fijamos detenidamente en el centro del diseño, descubriremos que lo ocupa el monograma «IHS», que presenta una cruz encima y un corazón atravesado por tres clavos justo debajo. Este monograma lleva varios siglos usándose y, con los años, se le han dado diversas interpretaciones a su significado. No obstante, en realidad tiene un origen claro: representa las tres primeras letras del nombre de Jesús en grafía griega. Se trata de una referencia muy sutil al contenido del libro, ingeniosamente incorporada a un diseño que, por otra parte, impresiona por una opulencia de índole seglar. Hemos combinado este diseño con distintos colores a fin de realzar aún más su majestuosidad. Para conseguir la estética nocturna de la cubierta Nox hemos optado por un tono muy oscuro. Esta tonalidad evoca la sensación de lujo que dan el terciopelo y el ante, así como el esplendor de las catedrales del siglo XVIII, adornadas con pesados cortinajes y maderas oscuras.